¿Qué es la sexualidad para el psicoanálisis? Sexología,Masculino- Femenino. Entrevista
- Eduardo Gomberoff
- 13 may 2020
- 4 Min. de lectura
1) Periodista: ¿Cómo piensa la sexualidad el psicoanálisis, qué lo diferencia de la sexología?
La forma de abordar o pensar la temática de la sexualidad para el psicoanálisis es muy diferente a la forma como la aborda la sexología en el contexto de los discursos de la psiquiatría y la psicología. Efectivamente, el psicoanálisis descubre en la dimensión de la sexualidad humana una diferencia sustantiva con lo que podríamos llamar la naturaleza sexual del ser viviente. El humano, en su singularidad, está atravesado por un orden simbólico que le confiere la estructura de ser seres habitados por el lenguaje. Esta situación tan dispar con “lo animal” distancia al Sujeto humano del registro de “lo natural”. Es decir, ya no puede vivir en la inmediatez de la relación a las cosas, los objetos, o los otros. Se produce una mediación como causa del lenguaje, donde todo es simbolizado, todo es mediatizado, todo se presenta bajo una re-presentación. Es así como el ser se desnaturaliza, nos perdemos de lo natural. La sexualidad, el vínculo con los objetos y con el otro se mediatiza, se interfiere, se desnaturaliza. Decir que la sexualidad se erogeniza es lo mismo que decir que se simboliza. En este sentido, la sexualidad humana es erógena, no natural. Se produce, por así decirlo, un hiato, una pérdida, una diferencia, una falta de continuidad entre el Sujeto y el objeto de su sexualidad. Es precisamente lo que hace que la sexualidad humana sea profundamente neurótica y conflictiva. No es cuestión para el humano que llegue el momento del celo para juntarse y concretar un momento sexual, a diferencia de lo que ocurre en el reino animal. Ésa es la diferencia de lo instintivo (propio de lo animal) y el Deseo (propio de lo humano). El deseo sexual humano es erógeno, está atravesado por el registro de lo simbólico y desde ahí en adelante su objeto, el objeto del Deseo, se pierde una y otra vez. Lo sabemos bien quienes escuchamos diariamente en las consultas historias de desamor. Aún no se ha observado en el reino de lo animal “desavenencias conyugales” ya que ahí todo lo referido a lo sexual está pauteado. Se trata del instinto, que incluso tiene un fin claro y preciso: la reproducción, cuestión altamente discutible en lo humano. Objeto y fin de la sexualidad humana se excluyen de lo “natural” y el instinto se convierte en Deseo, deseo humano, perdido para siempre. La tragedia del deseo es eso: ya no sabe bien qué es lo que quiere (Desea) ni tampoco cuál es la finalidad de su acto. En el reino de lo animal, no hay equívoco, el instinto natural pautea, dice cuando y como. Con el Deseo humano nunca sabemos bien cuando y como, es el reino del equívoco.
Pues bien, de aquí se desprende la diferencia entre los sexólogos y los psicoanalistas. Los sexólogos, pareciera ser, saben acerca de la sexualidad, conocen sus tiempos, sus modalidades, los objetos adecuados o no, los fines a los que obedece, en fin, tienen respuestas a las incógnitas de la sexualidad humana porque detentan un saber sobre ella. Un sexólogo, aparentemente, sabe sobre la sexualidad. Los psicoanalistas tenemos una garantía extraña sobre la sexualidad y es el NO SABER acerca de ella. Efectivamente, no sabemos nada acerca de la sexualidad, por lo que solo podemos interrogarla, interpretarla, pero nunca responder a ella desde un saber. Sabemos, es nuestra garantía, que en la sexualidad hay un NO SABER. Es precisamente ese no saber, la distancia que propicia lo simbólico y el lenguaje sobre los fines y los objetos de la sexualidad humana. No sabemos acerca de su objeto, tampoco estamos al tanto de su finalidad. La sexualidad para el psicoanalista es una interrogación del saber, es una pregunta altamente conflictiva y neurótica en el sentido que nunca encuentra su fiel respuesta. Sabemos que la sexualidad más bien alienta al Sujeto a nunca encontrar su satisfacción, es lo que le da su característica central de insatisfacción y por lo tanto de constancia y permanencia del Deseo. El sexólogo es un experto…en sexualidad, la garantía del psicoanalista es que sabe que no puede saber, solo así activa el Deseo.
2) Periodista: ¿Qué diferencia la sexualidad femenina y la masculina desde un punto de vista psicoanalítico?
Claramente hay diferencia entre la sexualidad femenina y la masculina. Lo femenino juega y opera con las mayores distinciones en relación al deseo sexual. Es decir, absorbe con mayor capacidad el hecho de que en la sexualidad hay una falta de saber o una falta de respuesta a los requerimientos que el Deseo humano parece reclamar. Es así como lo femenino supone, o pone en evidencia, el hecho de que no hay un objeto predeterminado a su deseo y tampoco está clara su finalidad. Lo femenino, por así decirlo, tolera mucho más, incluso auspicia, que la sexualidad sea una incógnita. Digamos que ésta es precisamente la sutileza de lo femenino: sostiene con mayor rigurosidad la falta de respuestas que la sexualidad contiene en su definición. Lo masculino es más básico, sigue creyendo que hay respuestas concretas a su Deseo. Parece ser que en lo masculino la satisfacción llega rápido con un objeto específico, no necesariamente muy buscado y con una finalidad muy concreta. En este sentido, la sexualidad del hombre es más ilusa, ilusoria o imaginaria en cuanto al objeto y la finalidad. La mujer, en cambio, es más delicada en sus gustos, requiere de previos, de condiciones, con las que revela inconscientemente que está más cerca de la Verdad del deseo, que tiene que ver con que no hay saber sobre sobre la sexualidad. Con su actitud y su disposición al Deseo sexual, muestra que tiene razón: no hay verdad sobre lo sexual en el sentido que no se puede cumplir, no se puede adaptar, no se puede condicionar. Lo sexual, en su correlato humano, que es el deseo, en lo femenino adquiere su veracidad, es decir, reclama un objeto imposible y un fin absolutamente variable. Podemos concluir arriesgando una hipótesis: La Sexología es masculina y “La Psicoanálisis” es femenina.
Eduardo Gomberoff
Psicoanalista y académico.
www.eduardogomberoff.cl
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