Lo Real no es sin los otros dos registros:
- Eduardo Gomberoff
- 12 mar 2020
- 3 Min. de lectura
GPU: Alguien alguna vez definió la “identificación proyectiva” como el “mecanismo que se entiende hoy y que se olvida mañana”. De la misma forma, los registros imaginario, simbólico y real en el pensamiento de Lacan parecen muy difíciles de retener. Por mencionar solo un aspecto, el registro de lo real es inalcanzable, luego, ¿cómo podemos hablar de él? EG: Efectivamente, junto con lo Imaginario y lo Simbólico, lo Real constituye uno de los tres registros mediante los cuales Lacan explicita el campo del psicoanálisis y la antropogénesis de la especie humana. Estos registros no son posible de entender de manera independiente, están íntimamente anudados. Lacan intentó formalizarlos con el nudo borromeo (tres círculos anudados íntimamente) en el que si se desata uno, luego los tres se liberan. Por lo tanto, no es posible definir uno a uno estos registros más que por un afán didáctico. Me adelanto así a responderle que sin lo Simbólico, es decir, sin poder hablar sobre lo Real, el asunto desfallece. Lo Real aparece como un corte en la estructura del Sujeto. Este corte, operado por el entrecruzamiento tópico de los otros dos registros, aparece en los esquemas lacanianos como una cinta, una banda de Moebius, caracterizando en ella el paso inmóvil de lo externo a lo interno, eliminando así, para una especie de topología del sujeto, la mera realidad externa compuesta de cosas extensas. Podemos decir, estirando un poco las cosas, que lo Real equivale, de alguna manera, al concepto de pulsión de Freud y, como tal, es lo que no tiene asignación, es lo que hace falta. En este sentido lo Real opera como causa y "acosa" constantemente al Sujeto que se encuentra protegido para esa escenificación invariable en lo que se denominó fantasma. Cuando esta especie de pantalla (fantasmática) fracasa, es decir, cuando no ofrece el control de la mediación entre las relaciones que el sujeto (del inconsciente) tiene con el objeto de su deseo, lo Real aparece en lo vivido del sujeto en todas esas modalidades bizarras en las que parece que “la realidad” no está presente: alucinación, actos incontrolados, etc. Lo Real, entonces, es causa, no es objeto de definición sino más bien de evocación, en este sentido es inalcanzable como dice Ud., pero no podemos atraparlo si no es por la intermediación del registro Simbólico. Recuerde que son tres registros que no funcionan independientemente. Lo Real es, por decirlo de otro modo, lo absolutamente heterogéneo y su relación al objeto y a la falta (léase castración desde Freud) aparece definitivamente mediado por el orden significante, y es por eso que hablamos de él. Como evocación, aparece en el discurso en tanto comanda todo lo que podemos desconocer. Siempre está fuera de juego en el acto psicoanalítico, fuera del juego especular, de lo imaginario, de la realidad imaginaria, realidad hecha por relaciones y objetos imaginarios. Lo Real tiene que ver con la falta-de-ser, con la escisión (Spaltung) fundamental freudiana, con la operación significante y el deseo. Todo él es lo escapado a la simbolización, situándose efectivamente al margen del lenguaje (pero no sin él) Lo Real es causa, y su primer efecto, también inaccesible, es el objeto del deseo como lugar de una falta imposible de ser colmada, producido como resto, como desperdicio, como algo caído que seduce y engendra la búsqueda. Lo Real es lo que siempre aparece construido precariamente, falsamente: es lo imposible. Lo Real, dice Lacan, es sin fisuras... y no hay medio de aprehenderlo sino por intermedio de lo simbólico... “cuando ya no es” (diremos nosotros).
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